La vitamina D es esencial para la salud general del cerebro. Favorece el crecimiento neuronal y la plasticidad sináptica, que son cruciales para procesos cognitivos como el aprendizaje y la retención de la memoria. Las propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras de la vitamina D ayudan a mitigar los factores de riesgo asociados al deterioro cognitivo. La prevalencia de la deficiencia de vitamina D, sobre todo en zonas con escasa exposición a la luz solar, subraya la importancia de unos niveles adecuados de vitamina D para mantener la salud cognitiva.
Las vitaminas B6, B9 y B12 desempeñan papeles críticos en la salud cerebral, al apoyar la síntesis de neurotransmisores y controlar los niveles de homocisteína. Los niveles elevados de homocisteína se asocian a un mayor riesgo de deterioro cognitivo, y estas vitaminas B ayudan a convertir la homocisteína en metionina, un aminoácido beneficioso. Este proceso es vital para mantener la salud cerebral y mejorar la memoria y la función cognitiva, lo que las convierte en ingredientes clave de los suplementos para la memoria y la concentración.